Om mani padme hum

Durante días, ese espacio vacío sobre la entrada del centro me hablaba en silencio. Sabía que no podía ser un hueco más, algo decorativo sin alma. Pensé en muchas frases, incluso en una que me representa desde hace años: “Sé la aventura de tu vida”. Pero sentía que ese lugar pedía algo distinto, algo que conectara con la esencia profunda de este espacio. Unos días después, mientras impartía una clase de yoga, el universo decidió hablarme: sin buscarlo, comenzó a sonar un audio del mantra Om mani padme hum. Sentí un escalofrío recorriéndome el cuerpo. En ese instante supe que ese sería el mensaje que recibiría cada persona al cruzar la puerta.

Un recordatorio al entrar: tu tesoro interior

Om mani padme hum se traduce como “la joya en el loto”. Un símbolo que nos recuerda que, a pesar de nuestras imperfecciones, bloqueos o inseguridades, dentro de cada uno de nosotros hay un tesoro. Un núcleo de calma, claridad y sabiduría al que podemos acceder cuando nos detenemos, respiramos y nos escuchamos. Este mantra invita a la aceptación, a la conexión con nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestros pensamientos, sin juicio. Es una llamada suave pero poderosa a reconocernos como seres completos, capaces de transformar nuestra vida desde dentro.

Mucho más que movimiento físico

Por eso este centro no es solo un lugar para hacer yoga o pilates. Es un espacio de transformación, donde cada movimiento y cada respiración son una herramienta para reconectar con lo que somos. Al entrar, este mantra te acompaña: te recuerda que no has venido solo a moverte, sino a sentir, a soltar, a reencontrarte contigo mism@. Aquí no se busca la perfección, sino el equilibrio, la escucha y la autenticidad. El cuerpo es el camino, pero el destino está dentro de ti. Om mani padme hum es la bienvenida a ese viaje.